Las vuvuzelas sudafricanas se han convertido en el enemigo de este Mundial, un sonido intolerable para los aficionados de medio planeta y que requiere de explicación y disculpas constantes por parte de los periodistas que tratan de retransmitir los partidos.
La atronadora trompeta de plástico se ha convertido en el sello distintivo de los partidos del Mundial de fútbol 2010.
Su sonido no deja indiferente a nadie, despertando odios y pasiones. Trevor Cox, presidente del Instituto de Acústica y de ingeniería acústica de la Universidad de Salford en Reino Unido, explica las claves para entender porqué nos molesta tanto el ruido que produce.
Cómo produce el sonido?
La vuvuzela es una especie de trompeta estridente que se toca sacando la lengua y exhalando en la boquilla al mismo tiempo. Según recoge la revista 'New Scientist', en un solo segundo los labios se mueven aproximadamente 235 veces, enviando el aire a través del tubo provocando una resonancia en la abertura cónica.
Una sola vuvuzela bien entonada recuerda al cuerno de caza, pero el sonido es mucho menos agradable cuando lo toca toda la afición futbolera al mismo tiempo, ya que el sonido se distorsiona y termina recordando más al barritar de un elefante.
Ésto se produce porque los aficionados no exhalan el aire de forma constante, y los sonidos estridentes que resultan no tienen nada que ver con una trompeta o un elefante. El sonido de cientos de vuvuzelas al mismo tiempo produce el característico zumbido molesto que tanto está dando que hablar.
Por qué nos irrita?
El ruido tan fuerte se explica por su forma cónica y acampanada. Además de producir sonido a una frecuencia de 235 hercios, el instrumento crea armonías, es decir, sonidos múltiplos de la frecuencia original que van desde 470, 700, 940, 1171, 1400 y hasta 1630 hercios. La vuvuzela parece ruidosa porque las armonías más altas están en la frecuencia que el ser humano percibe con mayor sensibilidad y, por lo tanto, más irritante para nuestros oídos, explica Cox.
Nuestro sistema auditivo funciona como un sistema de alarma preventivo: escuchamos cambios repentinos a nuestro alrededor que indican peligro, y sin embargo, ignoramos sonidos que no representan ninguna amenaza. Cuando el sonido es tan alto como el de la vuvuzela, resulta imposible habituarse sin que resulte irritante.
Cómo mitigar la estridencia?
Especialmente en televisión y en radio, los técnicos deben regular el ruido de las gradas para poder escuchar la voz del comentarista, procurando conseguir un equilibrio, ya que si bajan en exceso el ruido de las gradas, se pierde el ambiente del partido.
Tecnología "anti-vuvuzelas"
Sepp Blatter, presidente de la FIFA, ha asegurado que el organismo regulador no prohibirá su uso durante el mundial. A falta de una solución oficial Pop-Sci recoge la idea del blog alemán Surfpoeten. Filtrar por software las frecuencias que componen el sonido de este "instrumento". Tube, autor del post, propone redirigir la señal de audio a través de un ordenador –un Mac Mini en este caso- y bloquear la banda de los 233, 466, 932 y 1864 Hz.
Fast Company recoge otra idea, la de Book of Joe, de usar el ecualizador presente en algunos televisores para conseguir el mismo efecto. No todos los televisores tienen el grado de control y detalle necesario para filtrar las frecuencias correctas pero los espectadores con equipos de sonido avanzados sí que pueden intentarlo. Paul Adams, de Pop-Sci, cuenta como algunos bares de Nueva York han empezado a ofrecer partidos "vuvuzela-free" usando precisamente el ecualizador presente en los receptores de sonido de los equipos de cine en casa.