Dudley, que sustituirá a principios de octubre al polémico consejero saliente Tony Hayward, puntualizó, de todos modos, "que no hay nada garantizado", aunque dijo creer que el pozo Macondo, cerrado de forma provisional desde el 15 de julio, no volverá a escupir más petróleo al mar.
BP, la empresa responsable del derrame del que hoy se cumplen 100 días, prevé realizar el próximo lunes la operación conocida como "static kill" (detención estática), que exigirá la inyección de lodo pesado en la boca de Macondo, un procedimiento que irá seguido del taponado en la parte inferior del manantial averiado.
La multinacional, que el martes anunció un cargo antes de impuestos por valor de 32.000 millones de dólares para hacer frente al coste del vertido y que prevé vender activos por valor de 30.000 millones de dólares está en el centro de varias investigaciones que podrían aumentar la factura del desastre ecológico.
El fiscal general de EE.UU., Eric Holder, dejó en claro que hay una investigación civil y otra penal en marcha y que la pesquisa afecta a más empresas que BP.
La petrolera tendrá que hacer frente también a varias demandas privadas y solicitudes de compensación por los daños experimentados en las áreas pesqueras y el sector turístico.
Según los últimos datos oficiales, más de 150.000 kilómetros cuadrados de las aguas del Golfo de México están cerrados a la pesca debido a la contaminación desencadenada por el derrame.