En invierno nuestra piel sufre los efectos del frío.
Conoce los 6 hábitos que no pueden faltar en tu rutina para mantener la piel hidratada en invierno.
Qué le pasa a la piel en invierno
El frío, especialmente en condiciones extremas, puede resultar dañino para la piel, con el frío se enlentece la circulación sanguínea, la piel se deshidrata con más facilidad, y se ralentiza el ciclo de renovación de las células cutáneas, por lo que aparece más seca, apagada, con más retención de células epidérmicas muertas y más vulnerable.
Esto puede provocar lesiones, como:
- Sabañones
- Eczemas
- Sequedad
- Tirantez
- Rojeces
Además, la combinación de frío con el uso de la calefacción puede afectar a las personas con psoriasis o dermatitis atópica, generando nuevos brotes o agravando sus síntomas. Otras enfermedades que pueden empeorar en invierno son el fenómeno de Raynaud, que provoca un cambio de color en los dedos, o la urticaria por el frío, que produce picores o rojeces.
1. Realiza duchas breves y con agua templada
Si en invierno te gustan las duchas con agua ardiendo, y en verano todo lo contrario, debes saber que estas temperaturas extremas pueden afectar a la piel. Lo más conveniente es que el agua de la ducha esté templada.
Igualmente, no es recomendable pasar mucho tiempo bajo la ducha, es preferible realizar la ducha con una duración aproximada de 15 minutos, evitando chorros directos a presión para no dañar la epidermis más superficial.
2. Usa crema hidratante después de la ducha
Mantener la piel hidratada es el cuidado básico, y debes procurar hacerlo de forma abundante y frecuente. En este sentido, se recomienda aplicar cremas hidratantes que protegen las células epidérmicas y restablecen la función barrera, como, por ejemplo, un emoliente con alto contenido en urea, lanolina y vaselina.
Tras el baño es el momento idóneo para usar la crema hidratante que tanto te gusta, y mimar tu piel. No obstante, ten en cuenta que, en invierno, tu piel puede necesitar hidratación extra, así que no dudes en aplicar la crema en más ocasiones durante el día.
No te olvides de hidratar también los labios, que son una zona muy delicada frente al frío, sobre todo en casos de pieles atópicas, sensibles, con rosácea o con psoriasis.
3. Bebe suficiente agua, también en invierno
Consumir líquidos es una forma natural de aportar la hidratación que necesita tu organismo para funcionar correctamente. Es fundamental mantener la piel bien hidratada también desde el interior, realizando una adecuada ingesta de agua y de alimentos cocinados en sopas o cremas que mantienen la homeostasis o calor corporal.
4. Usa prendas de lana para evitar sabañones
Estas lesiones son muy comunes en invierno a causa del frío y suelen originar síntomas incómodos, como inflamación, picor, manchas rojas y ampollas.
Los sabañones aparecen en los dedos de manos y pies como consecuencia de las bajas temperaturas. En concreto, la microcirculación de la piel puede verse afectada por el efecto del frío, lo que puede provocar la inflamación de pequeños vasos sanguíneos situados en los dedos, una zona muy sensible a la pérdida de calor corporal.
Afortunadamente, con el uso de prendas adecuadas puedes prevenir estas incómodas lesiones en la piel. En este sentido, es fundamental intentar conservar la temperatura corporal con el uso de prendas térmicas, guantes o calcetines de lana, que también podemos acompañar de gorros que protejan el pelo y cuero cabelludo, y disminuyan la pérdida de calor del organismo.
5. Evita el contacto directo de la piel con el radiador
¡Qué sensación más placentera provoca el hecho de estar cerca o tocar la estufa con los pies o las manos! Pero ¿sabías que esta costumbre puede acarrear consecuencias para la piel, como la aparición de venitas en las piernas?
Por eso, se aconseja evitar acercarse demasiado a las fuentes de calor, como estufas, radiadores, calderas o braseros: La vasodilatación brusca puede dar lugar a la aparición de antiestéticas venitas o alteraciones vasculares mayores principalmente en la zona de piernas, así como la posibilidad de producirnos quemaduras.
6. Protector solar, siempre a mano
Si en verano nunca abandonas tu protector solar, en invierno también tiene que ser el producto estrella, y todavía más si vas a realizar ejercicio al aire libre. No hay que olvidarse de utilizar el protector solar. Las radiaciones ultravioletas también nos afectan en los meses de invierno.