“Pucha con la calor”
Deje Doña Eutanasia Calamidá, no me diga ni jota, que toy ya molesto… Son las 7:35 de la mañana y ya toy encabronado.
Me acosté sudando y me desperté empapado! Se abre la temporada de la toalla en la almohada… al pedo, porque cuando me despierto ta toda la susodicha hecha una babosa.
Ni pa lavar, pa tirar! Ta, sí, es obvio, se vino el verano con todo, era previsible y bla bla bla… pero no te aguanto calor!! Volvé invierno y renunciá Larrañaga!! Me fastidia de sobremanera que pasemos, así de una y sin avisar de unos pocos 20 y algo de grados a 36 así de una! Además tipo a eso de las 3 de la mañana apareció el “joputa”! Me acosté con 22 grados, tranqui, sabanita en los piecitos, las gurisitas con un buzito y medias porque supuestamente de noche refresca, y con los cambios de temperatura se le vienen las toses y los catarros y flemas e inda mais… bue, decir que tabamos plácidamente durmiendo, cuando “enderrepente”, se entreabre la puerta del cuarto, de a poquito, el vislumbre de la luz proveniente de la habitación de al lado se pronunció hasta llegar a mi córnea haciendo que pasara del sueño profundo a la somnolencia leve y ahí lo vi, paradito en la puerta, frotándose las manos, con cara de energúmeno a punto de cometer una atrocidad, con cara de Señor Burns a punto de robarle un chupetín a algún niño (sin ser a Maggie, cuando lo intentó terminó hospitalizado por un balazo, sólo para entendidos)… ahí estaba el verano a punto de abalanzarse encima nuestro con sus 40 grados!! Abrí los ojos grandes, me aferré a la cama, el verano tomó carrera y luego saltó hacia nosotros; atiné a proferir un gritito totalmente aislado antes que todo ese calor poseyera nuestros cuerpos climáticamente estables, desatando una serie de molestias tales al punto de la esquizofrenia colectiva.
En una fracción de segundo, Poli bebé chiquita empezó a llorar tratando de sacarse las medias; Piti grande pateando las sábanas, se despertó con los cachetes colorados se sentó en la cama y me pidió que le sacara el buzo y le trajera agua, mientras que la gorda desnudaba a la más chica; por mi parte me levanté cual rayo producto del calor en extremo, comencé a transpirar a mares, salté de la cama, me maree un poquito por la baja de presión, trastabille dándome el hombro contra el marco izquierdo de la puerta del cuarto haciendo que tropezara y cayera con mis manos abiertas sobre los juguetes de plásticos de las niñas, los cuales tajearon mis extremidades y mis rodillas.
Me desmayé del dolor por unos segundos, me despertó el llanto de mi hija menor también pidiendo agua, sin saber mucho dónde estaba, ensangrentado y sudando me puse de pié, traje ambos vasos de aguita de la canilla casi tibia porque no teníamos en la heladera, para qué vamos a tener agua en la heladera si no hacía calor?. Les di ambos vasos a la Gorda, la cual estaba con Poli en brazos y abanicándola con un pañal, mientras que la grande se secaba la transpiración con la sábana, pedía el vaso y me preguntaba si se podía levantar a bañarse. Quedé en shock, paralizado en la arcada del dormitorio; salí de mi parálisis momentánea cuando escuché el dulce pedido de mi Gordi, la cual, con su voz maternal y melódica me espetó: “¿qué hacés ahí parado con cara de pan triste? Tas enchastrando el piso con la sangre, andá a buscar el ventilador!!”.
Reaccioné más que rápido, cuando me di media vuelta para encarar hacia el otro cuarto resbalo una pierna y la rodilla se me tranca hacia el costado, más adelante en emergencia me confirmarían que no estoy pa los clásicos que vienen ni pal comienzo de las eliminatorias con la Selección, rotura de ligamientos cruzados, 8 meses afuera. De cualquier manera me levanté, lagrimeando de dolor, fui al baño, me envolví ambas manos con PH; traje el ventilador y lo enchufé, poniéndolo en 3era marcha, fuerte! Poli chica comenzó a calmarse, estaba en los brazos de la madre la cual dormía parada al lado de la cama; Piti grande mutaba sentada en el somier con los ojitos a medio cerrar, en mi lado, la tomé de un hombro y la acosté delicadamente.
Fui al baño, rengueando, tomé un trapo y limpié el piso. Fui a la cocina, puse hielo en una bolsa, tomé un vaso con agua y procedí a acostarme en la cama de la grande, con la bolsa fría en la rodilla. Apenas cerré los ojos, sonó la alarma para ya levantarme al laburo. Como un resorte quedé de pié perfilado pa comenzar el día. A mi espalda escuché como el Verano se sonreía con sorna y malicia; por el rabillo del ojo ví como se frotaba las manos. Lo sé… Esto recién empieza!
Salú!!!
Más que una columna, apenas un simple Poste de Humor
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