
“La sigo adonde vaya”
Por entre las costillas, ayer, cerca de 10 palos me gasté, así porque sí nomás. Con decirle mi vieja, que me agarra acá porque recién llego de la capital. Cansado, jugando la Copa “SinDor” (sin dormir), dolorido de las várices de tanto tar parado y de caminar. Sí, soy uno de los tantos que fui al estadio anoche sí. La fiesta taba programada, taba ya estudiada y diagramada pa que sea una velada extraordinaria. Un fiasco fue.
Me iba a ir en el auto, tranquilo, unos pesos pa la nafta, que sigue subiendo dicho sea de paso, gracias señor Sendic, su pavadita del gasto de la tarjeta corporativa lo seguimos pagando entre todos; iba a ir en el vehículo decía, pero la mañana arrancó complicada y más entreverada que cajón de medias del cien pies. Apenas salgo de las casas pa ir a buscar el auto a lo de mi viejo, taba lloviendo, agarro el paraguas, se me dobla por el viento, decido ir sin el mismo, me empapo caminando las 9 cuadras, piso una baldosa suelta, me salpica la condenada hasta la rodilla, se me mete agua en el zapato izquierdo, ergo, llego con la pata mojada, empapado de pies a cabeza y con frío.
No tenía ropa pa cambiarme, así que me saqué todo y la puse frente a la estufa eléctrica, apenas la prendo, se corta la luz; intento prender la estufa a leña, en vano… todo el mundo sabe que soy una “tola” pa esas cosas manuales de troglodita. Así que, salí al patio, decir que taba friaso, apenas en boxer, y empecé a correr con las prendas de vestir en la mano, pa que con el aire se secaran… me tropecé con el perro, que trotaba al lado mío pensando que yo taba jugando, además veía que la ropa se movía, y eso pa los canes es una adicción, ver que la ropa se mueve sola, al aire, van y se le prenden como garrapata, haciéndola jirones!!. Bueno, me caí y me esguince el tobillo, me quedé en el frío suelo de mi patio, varios minutos, agarrándome la parte afectada, y tiritando. Me desmayé por un ratito.
Cuando me desperté, taba el “Moe”, el perro, al lado mío, con su cabeza arriba de mi torso, esperando que me despertara… fiel amigo. Ya eran como las 11 y pico de la mañana, decidí que esa ropa no me servía, tonces fui y le afané unas prendas a mi padre, las cuales me quedan un tanto grandes, ya que mi viejo hace años que tiene un vientre prominente, lo cual le viene al pelo el apodo de: “tenés la panza como árbol de cementerio” (el remate por privado). Me puse lo que encontré y salí.
Agarré el auto, raudo y veloz di un par de vueltas y finalmente salí a la ruta. Paso la fábrica de agua Salus, como una exhalación, el velocímetro marcaba 150k/h; cuando escucho un ruido de sirenas a mi espalda, miro pa atrás, con tanta fortuna, obviamente, Policía Caminera. Me detengo a un costado, el oficial que me pide libreta de propiedad, justo taba en el vehículo; me pide mi libreta, se me iluminó la cara, radiante, hace poco saqué la profesional y taba con ganas de mostrársela a alguien. Meto la mano en el bolsillo… vacío. Ahí mismo fue que me acordé que andaba con “ropa prestada”. La sonrisa de mi cara desapareció.
Le expliqué al oficial mi situación, ahora fue él el que sonrió. A la media hora estaba yo pareado en la ruta, viendo como la grúa se llevaba el auto de mi viejo, una vez más. Una hora más tarde apareció un ómnibus, el cual me subí a él con agilidad gatuna. Taba lleno. Paradito el Pelado hasta la capital. Diga que el guarda era conocido y me dejó pagar el boleto en la oficina de Montevideo, porque andaba solo con tarjeta. Llego a la terminal, a falta de 2 horas para comenzar el match. Estresado y nervioso. Al no tener efectivo, salgo caminando rumbo al Estadio, doy 2 pasos y me acuerdo de mi esguince de tobillo, el cual me hace ver las estrellas. Ya era un tema de orgullo, tenía que llegar al estadio.
Para eso, debía “bordear” el Parque Batlle, y clavau, me fui rengueando hasta el Estadio, pasando por dicho lugar, siempre peligroso tal Parque y más si andas “cojeando”. Arribo hacia el escenario deportivo en cuestión, me pongo en la fila de la Olímpica, gente por todos lados. Una marea interminable de seres humanos para donde uno dirigiera la vista. Cuando toy por llegar a la entrada, busco el boleto de ingreso… muy probablemente esté al lado de la libreta de conducir, en el pantalón mojado, en la casa de mis padres.
Salgo de la fila, quiero ir al cajero del Estadio, clausurado. Intento comprar en boletería, cerradas. Busco algún revendedor que me acepte OCA, no encuentro ninguno. Me recaliento y empiezo a las puteadas al aire, tirando manotazos, llega la policía, me detiene por alborotar el orden público y me mandan pa la seccional más cercana, hasta 3 horas después de finalizado el partido. A eso de las 3 de la mañana me sueltan, me voy a 3 cruces a tomarme el próximo bus que salga, que es a las 5. Mi cena son 2 puchos y un chicle beldent, por lo menos me ayuda pa la dieta. No tengo batería en el cel, pero de pasada me entero que empatamos a 0, que el Tata le pego terrible patada a Messi y que Suarez salió lesionado. Por lo menos saqué un punto en la penca. Me voy a dormir Vecina, tengo que aprontar todo, el Lunes salgo pa Paraguay. Vamo la Celeste vamo!!
No tenía ropa pa cambiarme, así que me saqué todo y la puse frente a la estufa eléctrica, apenas la prendo, se corta la luz; intento prender la estufa a leña, en vano… todo el mundo sabe que soy una “tola” pa esas cosas manuales de troglodita. Así que, salí al patio, decir que taba friaso, apenas en boxer, y empecé a correr con las prendas de vestir en la mano, pa que con el aire se secaran… me tropecé con el perro, que trotaba al lado mío pensando que yo taba jugando, además veía que la ropa se movía, y eso pa los canes es una adicción, ver que la ropa se mueve sola, al aire, van y se le prenden como garrapata, haciéndola jirones!!. Bueno, me caí y me esguince el tobillo, me quedé en el frío suelo de mi patio, varios minutos, agarrándome la parte afectada, y tiritando. Me desmayé por un ratito.
Cuando me desperté, taba el “Moe”, el perro, al lado mío, con su cabeza arriba de mi torso, esperando que me despertara… fiel amigo. Ya eran como las 11 y pico de la mañana, decidí que esa ropa no me servía, tonces fui y le afané unas prendas a mi padre, las cuales me quedan un tanto grandes, ya que mi viejo hace años que tiene un vientre prominente, lo cual le viene al pelo el apodo de: “tenés la panza como árbol de cementerio” (el remate por privado). Me puse lo que encontré y salí.
Agarré el auto, raudo y veloz di un par de vueltas y finalmente salí a la ruta. Paso la fábrica de agua Salus, como una exhalación, el velocímetro marcaba 150k/h; cuando escucho un ruido de sirenas a mi espalda, miro pa atrás, con tanta fortuna, obviamente, Policía Caminera. Me detengo a un costado, el oficial que me pide libreta de propiedad, justo taba en el vehículo; me pide mi libreta, se me iluminó la cara, radiante, hace poco saqué la profesional y taba con ganas de mostrársela a alguien. Meto la mano en el bolsillo… vacío. Ahí mismo fue que me acordé que andaba con “ropa prestada”. La sonrisa de mi cara desapareció.
Le expliqué al oficial mi situación, ahora fue él el que sonrió. A la media hora estaba yo pareado en la ruta, viendo como la grúa se llevaba el auto de mi viejo, una vez más. Una hora más tarde apareció un ómnibus, el cual me subí a él con agilidad gatuna. Taba lleno. Paradito el Pelado hasta la capital. Diga que el guarda era conocido y me dejó pagar el boleto en la oficina de Montevideo, porque andaba solo con tarjeta. Llego a la terminal, a falta de 2 horas para comenzar el match. Estresado y nervioso. Al no tener efectivo, salgo caminando rumbo al Estadio, doy 2 pasos y me acuerdo de mi esguince de tobillo, el cual me hace ver las estrellas. Ya era un tema de orgullo, tenía que llegar al estadio.
Para eso, debía “bordear” el Parque Batlle, y clavau, me fui rengueando hasta el Estadio, pasando por dicho lugar, siempre peligroso tal Parque y más si andas “cojeando”. Arribo hacia el escenario deportivo en cuestión, me pongo en la fila de la Olímpica, gente por todos lados. Una marea interminable de seres humanos para donde uno dirigiera la vista. Cuando toy por llegar a la entrada, busco el boleto de ingreso… muy probablemente esté al lado de la libreta de conducir, en el pantalón mojado, en la casa de mis padres.
Salgo de la fila, quiero ir al cajero del Estadio, clausurado. Intento comprar en boletería, cerradas. Busco algún revendedor que me acepte OCA, no encuentro ninguno. Me recaliento y empiezo a las puteadas al aire, tirando manotazos, llega la policía, me detiene por alborotar el orden público y me mandan pa la seccional más cercana, hasta 3 horas después de finalizado el partido. A eso de las 3 de la mañana me sueltan, me voy a 3 cruces a tomarme el próximo bus que salga, que es a las 5. Mi cena son 2 puchos y un chicle beldent, por lo menos me ayuda pa la dieta. No tengo batería en el cel, pero de pasada me entero que empatamos a 0, que el Tata le pego terrible patada a Messi y que Suarez salió lesionado. Por lo menos saqué un punto en la penca. Me voy a dormir Vecina, tengo que aprontar todo, el Lunes salgo pa Paraguay. Vamo la Celeste vamo!!