Esta dinámica Selección Uruguaya, mezcla de pilares históricos y sangre jóven renovadora, ha silenciado a todo detractor del Maestro Tabárez que aún pudiera existir, demostrando la fortaleza de un proceso honesto.
Por el momento no tiene equipo. Pero se sigue entrenando como si estuviera todavía en el cenit de su carrera, porque para él el fútbol es vida. Estamos hablando de Diego Forlán, hijo y nieto de futbolistas uruguayos, todos capaces de llegar a vestir la camiseta de la selección latinoamericana.